Qué pueblo andaluz ha retratado un prestigioso fotoperiodista de National Geographic

Muchos aficionados a la literatura recuerdan perfectamente al personaje de un fotoperiodista del National Geographic que llega al condado de Madison para retratar, durante unos días, varios de los puentes cubiertos de la región. Personaje que en la gran pantalla encarnaría Clint Eastwood.
En este caso la historia de este fotoperiodista es 100% real, su nombre es Bob Krist y su trabajo ha sido retratar en varios vídeos documentales cómo es la localidad andaluza de Jerez de la Frontera, vídeos que reflejan las señas de identidad de la ciudad como son el caballo o el vino.
Krist, que ha desarrollado su carrera profesional durante 40 años en la prestigiosa revista, pretende seguir grabando y editando para abarcar también otras joyas del patrimonio de Jerez como son el flamenco o la gastronomía.
Krist, como Morenatti
El fotoperiodista, de 73 años, no solo ha trabajado para National Geographic, sino también para National Geographic Traveler, Smithsonian e Islands. Entre otros galardones, ha obtenido premios como Pictures of the Year, Communication Arts o el World Press Photo. Curiosamente este último reconocimiento también lo obtuvo en su momento el también fotoperiodista Emilio Morenatti, declarado recientemente como hijo adoptivo de Jerez.
Otros trabajos fueron reconocidos en festivales de cine de Islandia, Italia y Estados Unidos, en los Premios Eisenstaedt de Fotografía de Revistas de Nueva York o en los premios Webby. Ganó el título de 'Fotógrafo de Viajes del Año' de la Society of American Travel Writers en 1994, 2007 y 2008. Su libro 'Spirit of Place: The Art of The Traveling Photographer' (Amphoto Books, NY) fue aclamado por la revista American Photographer.
Según el ayuntamiento de la localidad andaluza, Krist ha trabajado con exquisito trato, mostrándose muy proactivo y agradecido durante el tiempo que ha rodado. Él reconoce sentirse enamorado de su profesión y de la ciudad que le ha acogido para trabajar en esta ocasión.
Durante su trabajo por mil y un rincones del planeta, el fotoperiodista norteamericano ha pasado por varias peripecias. Se quedó varado en un glaciar en Islandia, casi le embisten toros en el sur de la India y en Trinidad fue nombrado caballero (con un alfanje) durante una ceremonia vudú.
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