Menos de la mitad de los medicamentos con receta consumidos en España son genéricos.

Menos de la mitad de los medicamentos con receta consumidos en España son genéricos.

Salud

30 años después de la aparición de los genéricos, los españoles no acaban de fiarse: "La mayoría elegiría la marca si pudieran"

Pese a las ventajas económicas que tendría una mayor penetración de estos medicamentos, su consumo lleva una década estancado.

Más información: Este es el medicamento más vendido del mundo, al que ni Ozempic osa toser: "No sabemos a qué se debe su beneficio"

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En 1997 llegaron a España los primeros medicamentos genéricos. Estos compartían el mismo principio activo —la sustancia que tiene propiedades medicinales— que el fármaco de referencia, pero estaba fabricado por otro laboratorio. Bayer tenía la Aspirina, pero cualquiera podría vender ácido acetilsalicílico.

Hoy, casi tres décadas después, los medicamentos genéricos son una realidad establecida en nuestro país y suponen casi la mitad de las cajas vendidas en las farmacias. Pero estas cifras están muy alejadas de nuestros vecinos europeos y llevan una década estancadas.

Y, tras la aprobación del Anteproyecto de Ley de Medicamentos y Productos Sanitarios en el Consejo de Ministros de la semana pasada, parece que va a seguir siendo así.

Desde los primeros años tras su llegada, la cuota de los medicamentos genéricos fue aumentando paulatinamente. A partir de 2013 no ha bajado del 45% pero apenas ha crecido: 2015 fue el mejor año, cuando alcanzó el 48,1% de lo vendido en farmacia, pero en 2022 —último año con datos— se situaba en el 46,9 %.

Otros países, en cambio, tienen una cuota muy superior. En Reino Unido es del 85,3%; en Alemania, del 83,4%; en Países Bajos, del 78,6%; en Dinamarca, del 66,9%, señala un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La media de sus miembros está en el 53%, por encima de la española, y en Europa se sitúa en torno al 65%.

¿Por qué es importante esta cuota? Los genéricos aparecen cuando vence la patente del medicamento —pasada una década desde su aprobación— y otras empresas pueden fabricarlos y comercializarlos.

Al entrar la competencia, el precio se reduce. Según datos de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos, lo hace un 40%. Su presidenta, Mar Fábregas, explicaba en un acto el año pasado que esto podría suponer un ahorro de 1.800 millones de euros en las arcas públicas para los próximos cinco años.

En 2012, esta asociación, que reúne a los fabricantes españoles (en nuestro país hay nada menos que 21 plantas de producción), encargó una encuesta para conocer el grado de conocimiento de los españoles.

Concluía que un 92% de los ciudadanos conocía los genéricos y el 80% confía en ellos. Algo más de la mitad de la población, el 53%, elegiría un genérico en caso de tener que pedir un medicamento recetado por principio activo y no por marca. El 26%, en cambio, optaría por la marca y el 9% lo que le recomendara el farmacéutico.

Los mitos de los genéricos

Sin embargo, a pie de calle, la sensación es ligeramente diferente. "La gente, en su mayoría, si pudiera elegir, elegirían el medicamento de marca", afirma Georgina Acevedo, farmacéutica en una farmacia madrileña.

"Se sigue manteniendo el mito de que el genérico no es tan bueno como el de marca comercial", apunta. "Por desconocimiento, la gente prefiere el de marca". Para llegar al mercado, un medicamento genérico debe demostrar que su calidad es similar al de marca.

"Puede variar el excipiente, la sustancia inocua con que se elabora. A veces, eso puede generar alguna reacción adversa, como malestar digestivo, pero esto puede pasar también si pasan del genérico al de marca".

También puede variar la forma. Acevedo hace hincapié en que, muchas veces, los pacientes le piden el comprimido más pequeño. Otras veces le piden directamente un fabricante concreto —"en las atorvastatinas lo hacen el 70-75% de los pacientes"— o, incluso, "cualquier fabricante que no sea catalán", explica entre risas.

A pesar de llevar casi 30 años entre nosotros, todavía persisten algunos mitos en torno a estos medicamentos. El de la diferencia de calidad con la marca es el principal, señala la farmacéutica, pero existen otros prejuicios.

"Por ejemplo, mientras más compleja es la patología del paciente, quieren más marca y menos genéricos", aunque reconoce que "la gente optaría más por el genérico si fuera más barato que el de marca".

Aquí hay otro mito que persiste en nuestro país: una vez se extingue la patente baja el precio porque aumenta la competencia, pero tanto marca como genérico tienen el mismo si están financiados por la sanidad pública.

"Algunos pacientes creen que varía el precio y piensan que, por comprar genérico, les sale más barato". En el caso de obtenerlo sin receta, sí que pueden ser precios distintos.

La diferencia de precio entre fármacos financiados es una vieja reivindicación de los fabricantes de genéricos para salir del estancamiento en su consumo. Para la patronal, es la razón principal por la que su consumo lleva estancado una década, pues España es la excepción europea en esta regla.

A finales del año pasado parecía verse cumplida por fin esta petición: en el anuncio de la nueva Estrategia de la Industria Farmacéutica, Sanidad fijaba un año el tiempo en que los genéricos podían tener un precio más bajo antes de constituirse un conjunto de referencia que homogeneizaría el coste.

Pero, con la futura Ley de Medicamentos y Productos Sanitarios, ya no está tan claro. El sistema de regulación de precios que propone establece subastas ciegas a la baja cada seis meses, financiándose la cantidad marcada por el precio más bajo.

Esto ha puesto en pie de guerra tanto a los fabricantes de genéricos como a los de medicamentos de marca, que han emitido un comunicado conjunto advirtiendo que el establecimiento de este sistema sería "un obstáculo significativo para la resiliencia de la cadena de suministro y la autonomía estratégica del país", lo que hundiría "las exportaciones españolas de medicamentos, que superaron los 21.000 millones de euros en 2023" y fue el quinto producto nacional más exportado.

En una rueda de prensa este lunes, los responsables del Ministerio de Sanidad se han mostrado abiertos al diálogo. César Hernández, director de la Cartera Común de Farmacia, ha reconocido esa "baja tasa de penetración" de los genéricos, lo que hace que los precios de estos fármacos en España "sean bastante más caros que los de otros países de Europa, entre un 8 % y un 10 % más" al no generarse la suficiente competencia una vez acabada la patente.

El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, ha recalcado que "estamos abiertos al diálogo. En pocas ocasiones ha habido un equipo ministerial que ofrezca tantos escenarios de conversación". Mientras tanto, los genéricos llevan una década estancados en nuestro país y no parece que esto se vaya a solucionar pronto.